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Análisis

Entrevista al Seminario Aragonés de Sociolingüística

Seminario Aragonés de Sociolingüística
Acto de presentación del Seminario Aragonés de Sociolingüística y del libro “Actas, lenguas e identidades“

El pasado día 19 de diciembre el Seminario Aragonés de Sociolingüística (SAS) hizo su presentación pública en Zaragoza. El acto se aprovechó para presentar el Libro Actas  del II Congreso Aragonés de sociología, Mesa Lenguas e Identidades publicado por Gara d’Edizions, Prensas Universitarias y la Institución Fernando el Católico. En el acto de presentación además se dieron dos conferencias sobre la situación del catalán en Aragón a cargo de Josep Espluga (Universidad Autónoma de Barcelona) y Cecilio Lapestra (Universidad de Lleida). Subarbre acudió a esta cita que supone la puesta de largo de una iniciativa novedosa en el ámbito de las lenguas de Aragón respecto a los  ámbitos reivindicativo o de creación literaria en los que habitualmente se desenvuelven las iniciativas de los movimientos en torno a estas dos lenguas. Hablamos con Miguel uno de los integrantes del Seminario

¿Cómo y por qué surge el SAS?

Como suele ocurrir en  este tipo de iniciativas, surge por un encuentro personal, y casi fortuito,  entre Chabier Gimeno y Natxo Sorolla que coinciden en un congreso de sociología en 2013. Se tomaron un café “eterno” y de ahí surgió una cascada de ideas y un feeling tanto en lo personal como de carácter científico-profesional.  De ahí, y a través de un trabajo en red de difusión de la iniciativa, surge el contacto con sociólogos interesados tanto en el catalán como en el aragonés. Más allá de lo personal,  si no existiese la necesidad de desarrollar un  estudio de las lenguas de Aragón desde la perspectiva sociológica  no hubiésemos encontrado nadie con el que contactar. Entendemos que hay una carencia histórica de  este tipo de  reflexión en torno a la cuestión lingüística aragonesa, y que no se puede comprender esa situación sin un abordaje desde las ciencias sociales, que tienen mucho que decir. Los sociólogos ni  han alzado la mano para poder intervenir ni tampoco se les ha llamado, teniendo históricamente más voz los políticos que los propios científicos sociales. Queremos dar el paso para que sean los sociólogos los que alcen la mano para intervenir, por eso mismo formamos parte como seminario  de la Asociación Aragonesa de Sociología que es la representante en Aragón de la Federación Española de Sociología. Con este paso dado por nuestra parte esperamos que después se nos llame para intervenir y ofrecer nuestros puntos de vista

¿Qué actividades habéis desarrollado hasta la fecha?

Como SAS apenas llevamos 1 mes y medio de funcionamiento más o menos oficial, pero el grupo humano que ha desembocado en el SAS lleva trabajando del orden de un año. Cabe destacar la coordinación de la mesa Lenguas e Identidades del II Congreso Aragonés de Sociología que desarrolló la Asociación Aragonesa de Sociología, de la que formamos parte, en mayo de 2014. Queremos destacar la importancia de la presencia de las lenguas de Aragón en dicho congreso no solo porque era la primera vez que se hacía, sino porque era uno de los primeros foros no lingüísticos y no políticos en los que se abordaba esta cuestión. El aragonés y el catalán estuvieron, como temática, tratados con la misma importancia  que problemáticas como la exclusión social, la sociología de la educación o la estratificación  de nuestra sociedad post-industrial, e incluso se escucharon varias ponencias en aragonés.  Este mismo equipo humano proto-SAS  desarrolló en julio  un curso de verano de la Universidad de Zaragoza con el título Gestionar la diversidad lingüística de Aragón, que además de contar con cerca de 30 participantes tuvo repercusión en la prensa aragonesa, aunque no faltó la polémica en torno a la afirmación por parte de uno de los ponentes del curso, el Profesor Javier Giralt, de que en Aragón se hablaba catalán. Semejante “locura” fue criticada en algún periódico aragonés. También miembros del seminario colaboraron en un artículo de opinión que fue  firmado tanto por sociólogos  como por lingüísticas, para defender la investigación sociológica en torno a las lenguas; esto se hizo tras un artículo del Heraldo que consideraba un ejercicio de agresión catalana contra Aragón el mero hecho de querer hacer una investigación sociolingüística. Entendíamos que hacer una encuesta siguiendo criterios científicos no es una agresión, aunque lo deseable sería que fuese nuestro propio gobierno el que lo hiciese.

Estamos hablando del Seminario aragonés de sociolingüística pero  ¿Qué es la sociolingüística?

Me alegro de que me haga esa pregunta (risas). No podemos entender la sociolingüística sin hablar de la sociología de  la lengua o el lenguaje. Existe un amplio debate en torno a dónde empieza una y dónde la otra. Podríamos decir, como afirma Hudson,  que la sociolingüística estudia el lenguaje en relación a la sociedad  y la sociología del lenguaje estudia la sociedad en relación al lenguaje. Otros autores hablan de enfoque o impronta  en el que la sociolingüística sería otra forma de hacer lingüística. Esto entroncaría con lo que afirma el más destacado sociólogo del lenguaje a nivel internacional, Joshua Fishman, que habla de dos sociologías de la lengua: la descriptiva (¿Quién habla, qué lenguas, a quién, cuándo y con qué fin?) la dinámica que se preguntaría qué es lo que causa las diferentes formas de organización social del uso lingüístico y del comportamiento ante el lenguaje. Pongamos algunos ejemplos. La citada investigación de la Generalitat sobre el catalán sería sociolingüística mientras que un análisis de los discursos públicos en torno a la diversidad lingüística de Aragón sería sociología del lenguaje. En el libro que hemos presentado hay una curiosa ponencia que habla de la construcción ideológica de los métodos y técnicas usado por el Estudio de  Filología de Aragón en la realización del Diccionario Aragónes entre 1915 y 1931, esto no sería sino sociología del lenguaje en su variante metodológica y en el mismo libro Josep Espluga hace sociología del lenguaje hablando sobre los posicionamientos de los editoriales de los periódicos aragoneses en torno a la nueva ley de lengua y el famoso LAPAO. El estudio que Francisco Llera realizó para el Gobierno de Aragón (no publicado) en 2001 sería sociolingüística.

¿Cuál es la situación de la sociolingüística en Aragón?

Como podrás imaginar la propia necesidad de crear el SAS es un indicador de que la cosa no está muy boyante. Si ya la propia situación de la sociología en Aragón es de mínimos al no haber un Grado Universitario en Sociología, ni un departamento propio en la Universidad de Zaragoza, una especialización de este tipo lo tiene más complicado. Sin embargo nos hemos encontrado con la sorpresa de que hay varios sociólogos tocando estos temas, en algún caso con una dedicación intelectual completa, como es el caso de Natxo Sorolla que tiene muy avanzada su tesis doctoral y si todo va bien la presentará durante 2015. También nos hemos encontrado con el  trabajo de Rosa Bercero cuya tesis doctoral  versó sobre la sociolingüística del ayerbense. El libro recientemente publicado, y que presentamos en el acto del 19 de diciembre, es un recordatorio de que esta temática está ahí y hay personas interesadas en él. Más allá de los censos y de alguna investigación concreta tanto del Gobierno de Aragón (Llera en 2001) y de la Universidad de Zaragoza, ya hace unos años, el primer libro que habló sobre sociolingüística de manera explícita es el del profesor Pujadas, que desde la antropología estudio la etnolingüística del Valle de Bielsa. Ese texto es de 1973 pero no sirvió como acicate para inaugurar una corriente de estudios sociolingüísticos, sobre todo del aragonés. El catalán se beneficia de la “marea”  de la sociolingüística catalana, que incluso es en sí misma una corriente teórico-práctica dentro de la sociología. Aun así, el catalán de Aragón no se beneficia tanto de esa corriente de investigación como en un primer momento pudiera parecer.  También hay abordajes a las lenguas de Aragón desde las ciencias sociales en su sentido más amplio, principalmente la pedagogía o la psicología con los trabajos de Angel Huget, o las Trobadas de Rechiras que organizaba el Consello d’a Fabla ya hace unos años con ponencias muy interesantes y que deben tenerse en cuenta a la hora de establecer una bibliografía de la sociolingüística aragonesa. Como sociólogo, y ya es una cuestión mío  mía, he de destacar el trabajo  de  Parola y el Archivo Audiovisual del Aragonés. Lejos de ser una mera grabación en video de hablantes nativos del aragonés, entiendo que se trata de un tipo de investigación en la onda de la denominada investigación-acción-participación en una perspectiva dialéctica, como afirmaba el sociólogo Jesús Ibáñez.

Existe la convicción de que la situación del catalán en Aragón es buena debido al contexto rural en el que se encuentra y que incluso se habla más que en muchas zonas de Catalunya  ¿Es esta percepción cierta?

Hasta el momento, existía cierta percepción, refrendada por los datos sociolingüísticos de población adulta, que la salud de la lengua catalana en la Franja era buena, y de hecho, en muchas ocasiones se ponía como ejemplo los porcentajes de conocimiento incluso superiores a los de Catalunya. De hecho, estas afirmaciones suelen contar con tirón mediático, pero la vitalidad lingüística sigue otros caminos, dado que no son realidades estríctamente comparables, porque se trata de un medio rural, con despoblación, y donde la vitalidad de la lengua puede estar en una situación más comprometida a pesar  de algunos datos. Un ejemplo es el de la dinámicas diglósicas, por el hecho que la mayor parte de la población es incapaz de usar por escrito su lengua familiar. Pero el hecho más grave empieza a visualizarse ahora,  con los primeros toques de alarma sobre el efecto pernicioso de la política lingüística en Aragón, que ha obviado la realidad trilingüe, cuando no ha sido explícitamente contraria a esta diversidad. Se empiezan a detectar los primeros signos claros de sustitución lingüística generalizada, que ya no afectan a determinadas zonas, como Aguaviva, donde los menores de 30 años apenas emplean el catalán. El proceso se está comenzando a generalizar precisamente en las zonas más pobladas. Se está llegando a un punto en que la ruralidad, por así decirlo, no puede compensar la inacción por parte de las autoridades aragonesas.

Comentáis que la   situación del aragonés es de una clara sustitución lingüística ¿es reversible? ¿Qué habría que hacer para frenarla?

El aragonés se encuentra en un proceso entre avanzado y muy avanzado de sustitución lingüística. Nos cuentan que en Benasque solo hay tres niños que hablen benasqués en su casa….y eso que estamos hablando de una zona en donde la lengua cuenta con cierta vitalidad. En muchas ocasiones son procesos invisibles, que hace que en cuestión de unos pocos años pasemos de decir chen, a decir  chente y a decir gente sin que ni siquiera el propio hablante parezca que se dé cuenta. Esta invisibilización de la sustitución lingüística sería debido a la denominada violencia simbólica que conceptualizó Pierre Bourdieu. Esto tiene profundas implicaciones metodológicas que implica que la técnica de pregunta-respuesta habitual de las encuestas cuantitativas tengan que triangulizarse con enfoques cualitativos para estimar la validez interna y externa. En cuanto a la reversibilidad o no del proceso, Josua Fishman, afirma que los procesos son reversibles si la propia comunidad lingüística así lo decide y se pone el ejemplo de Israel y la recuperación del hebreo tras casi  2000 años de desaparición. Por ejemplo, hace 8 o 10 años el alcalde de Panticosa afirmaba que habían hecho cosas los últimos años, ese “hacer cosas” no era sino meter 3 o 4 carteles toponímicos   en panticuto. Y lógicamente lo decía con orgullo ya que antes ni siquiera se había hecho absolutamente nada. Yo pensaba lo que le diría que tendría que hacer si quisiera tomarse en serio una política lingüística por parte del Ayuntamiento….me reía para mis adentros porque probablemente saldría corriendo de esa sala si supiese lo que habría que hacer para tomarse en serio el tema. Çon esto quiero decir que sí que es reversible. Nuestra labor como sociolingüistas es contextualizar esa sustitución lingüística teóricamente y medirla, ya que no es igual en todos los sitios ni en todos los casos.  De ese esfuerzo pueden salir diagnósticos para futuras intervenciones para la reversión de la sustitución en base a la localización de buenas prácticas. Más del allá del manido auto-odio existen otro tipo de procesos sociales intervinientes. Realmente deberíamos   preguntarnos ¿Cómo es posible que todavía se hable aragonés si no se ha hecho apenas nada en las últimas décadas? Por ejemplo, que en Panticosa algunas familias lo sigan hablando es un auténtico milagro, además con un modelo  “medieval” con participios en –ato muy específico. Se trata de una zona desarrollada ya desde comienzos del siglo XX (Balneario, pista de esquí),  que poco tiene que ver con la imagen de poco desarrollo económico y olvido, como pudiera ser por ejemplo Agüero o Chistau. Son procesos distintos que pueden tener explicaciones sociológicas distintas, o no, no lo sabemos y por eso lo estamos investigando.

Según los datos del último censo, parece que el número de hablantes de aragonés ha crecido respecto al último censo en el que se preguntó (1981). ¿Qué ha ocurrido para que salgan más hablantes que en 1981 cuando el sentido común dictaría lo contrario?

Son unos resultados que tenemos que tomar con mucha prudencia y analizar con calma. Los 53630 conocedores del aragonés que nos da el censo implican un aumento respecto al censo de 1981, últimos datos que se tenían.  Esto pudiera hacer pensar que más gente habla aragonés y que la situación de la lengua es mejor. Tal afirmación pudiera derivar en la confirmación de una hipótesis que consistiría en que la no acción por parte de las administraciones públicas ha dado lugar a una mejor situación de la lengua, y contextualizar   esto en una explicación teórica de influjo libertariano, por hacer un símil con esa corriente socio-económica. Personalmente creo que estaríamos ante una clara ilusión estadística. Es probable que existan varios sesgos o inexactitudes que tengamos que analizar. Por un lado faltan los resultados del censo de 1981 de la ciudad de Zaragoza. En el caso del censo de 2011 hay 26037 “conocedores” de Zaragoza, lo cual nos dejaría con los más o menos 30000 hablantes del censo de 1981. Después existe todavía la confusión entre el aragonés como variedad del castellano de Aragón y el aragonés como “fabla aragonesa”. De los que dicen aragonés ¿quién lo dice como variedad del castellano y quienes como lengua propia de Aragón? Por ejemplo en las comarcas del sur de Teruel  (Albarracín, Comunidad de Teruel, Maestrago y Gúdar-Javalambre) unas 500 personas dicen hablar aragonés en el ámbito familiar o cerca de 800 dicen saber hablarlo, leerlo y escribirlo, habiendo más personas que solo lo hablan o lo entienden. Para complicar más las cosas, 950 personas dicen saber hablar, leer y escribir aragonés en comarcas eminentemente catalano-hablantes como son La Litera, Bajo Cinca y Matarraña, es más que probable que sean personas que hablen catalán pero digan hablar aragonés. Así pues nos podemos encontrar como hablantes de aragonés a personas que hablan en “baturro”, a hablantes del catalán, a hablantes del aragonés como lengua materna y a neo-hablantes, este último fenómeno  casi inexistente en 1981.  Por eso digo que hay que ser muy prudente a la hora de establecer conclusiones.


Texto: Redacción Subarbre
Fotografía: Arainfo