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Análisis

Tipos de interés negativo y economía anti-intuitiva (I)

interes negativoEstamos asistiendo a una auténtica revolución monetario-financiera de consecuencias ignotas y, sin embargo, las opiniones públicas permanecen ajenas a dicho fenómeno. El Banco de Japón  acaba de anunciar un tipo de interés negativo al -0,1% que va mucho más allá de los tipos negativos que, a modo de adelanto, veníamos viendo.

Hasta ahora dos fenómenos de interés negativo habían llamado la atención: Los bonos y letras del tesoro emitidos por Alemania (-0,39%), Finlandia (-0,38%) y otros; y  la denominada Facilidad Marginal de Depósito, es decir, dinero que aun siendo prestado por los bancos centrales, permanecía “físicamente” en los mismos (Eurozona -0,30%, Suecia -1,10%, Dinamarca -0,65%, Suiza -0,75%). Se consideraba anti-intuitivo este hecho, que choca con la manera de entender la economía por el “sentido común”. Sin embargo se trataba de aspectos como los bonos y letras o la Facilidad Marginal de Depósito que no forman parte de la cotidianidad de la actividad económico-financiera de nuestra vida diaria.

El paso dado por Japón supone, ya sí, un impacto directo en la llamada economía real. Imaginemos que Mario Draghi en la próxima reunión del BCE toma esta decisión, e incluso va un poco más allá y se establece una tasa negativa del -0,5%. Las implicaciones para nuestra vida económica personal pueden tener distintas expresiones.

¿Qué ocurriría con las hipotecas? Si bien  no hay una correlación mecánica, en principio el euribor tendería a situarse en posiciones negativas (ya está en negativo el Euribor a un mes pero la mayor parte de las hipotecas están en Euribor a un año). ¿Implicaciones? Grosso modo podríamos decir que nos pagarían por tener una hipoteca, como lo oyen. Imaginemos que tenemos una hipoteca con un diferencial del +0,4% respecto al Euribor (una entidad holandesa solía dar esos diferenciales), si restamos el  -0,5%, nos daría un -0,1%. Es decir, nos devolverían durante ese año el 0,1% de lo que debemos, si debemos 100.000 euros nos devolverían 100 euros. Ese dinero se restaría de la parte de principal que tenemos que pagar. Pagaríamos 0 euros de intereses y nos restarían 8,30 euros de la parte fija.

Pero como el banco está “abonando” 100 euros por ese capital, a efectos fiscales serían rendimientos, probablemente de capital mobiliario, teniendo que pagar en la actualidad un 20% del mismo. Con lo cual el dinero que se nos devolvería serían 80 euros, o 6,6 euros mensuales. También tendría implicaciones en el mercado inmobiliario ya que el precio de los pisos podría subir de manera más o menos moderada, ya que es un activo “por el que te pagan”.

¿Una locura anti-intuitiva? Pudiera ser, pero desde un  punto de vista pragmático sería una movimiento win-win en el mercado de las hipotecas. Por un lado aquellas personas que compraron en plena burbuja y que están en negative equity (deben más al banco de lo que vale el piso) verían como empiezan a recuperar lo perdido por una doble vía, tanto por el ingreso de esos 80 euros mensuales como por la revalorización de la tasación de sus viviendas. El estado aumentaría su recaudación tanto por la reducción de la desgravación por vivienda habitual como por el pago de ese 20% de retención de rendimientos mobiliarios. Y los bancos, por su parte, verían aumentar el precio de sus activos inmobiliarios (ajustando el valor en libros con el valor real), así como “devolvería” de una manera más beneficiosa para ellos los rescates bancarios de los gobiernos. Si todos ganan ¿por qué no?

En posteriores artículos abordaremos otras consecuencias menos optimistas de este hipotético escenario de intereses negativos.

Autor: Miguel Montañés