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Presentamos el libro Identidad e historia. Aragón como construcción nacional

En estos tiempos díficiles y cambiantes, desde la la red Subarbre os presentamos una obra que no dejará a nadie indiferente. ¿Qué historia de Aragón te han contado? ¿Existe otra forma de ver el pasado, con sus luces y sombras? ¿Cómo nos identificamos a nivel colectivo?

Daniel Lerín nos aporta su ensayo Identidad e historia. Aragón como construcción nacional. Un repaso provocador y alternativo, un retrato fresco, que invita a pensar y repensar sobre muchas de las claves y los debates que se dan actualmente en este pequeño país. Antropología, historia, cultura, sociología, economía, se dan la mano en esta extensa obra escrita con cariño y dedicación, para divulgar y conocer.

Páginas que nos transportarán al Aragón medieval, la organización del país a través de sus fueros, el poder compartido con el monarca, los antagonismos, la vecindad con Occitania. Y por supuesto la llegada de los Trastamara, las reacciones del fuerismo, la lenta desnacionalización aragonesa y la aculturación castellana, hasta llegar a los Decretos de Nueva Planta. Un viaje que explica la creación del Estado-nación español, las provincias, el baturrismo, el surgimiento de los movimientos nacionalistas, el Consejo de Aragón y la represión franquista, hasta llegar a nuestros días.

Y por supuesto, condimentamos el menú con una serie de reflexiones sobre el presente, se analiza el aragonesismo actual, el papel de Aragón como Comunidad Autónoma, los agravios comparativos, el mundo rural, las lenguas, el nacionalismo español, el independentismo aragonés, las relaciones con Cataluña y mucho más.

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Análisis

Sobre fatos y cheposos: ¿qué hay de nuevo, viejo?

Daniel Lerín Cristóbal / @Danilerin

El humorista catalán Berto actuó en Uesca en noviembre del 2008 en el recién estrenado Palacio de Congresos, durante un momento de su actuación se arrancó con un “¡vaya puta mierda, la Expo de Zaragoza”, añadiendo como justificación que se lo habían sugerido, ya que si quería ganarse al público oscense lo mejor era meterse con los de Zaragoza (“La rivalidad entre cheposos y fatos”, El Periódico de Aragón, 18/11/08). Las risas, los aplausos y las rivalidades graciosas nos traen a colación un interesante tema de debate para los naturales (y visitantes) de ambos municipios aragoneses.

Resulta complicado discernir como esos setenta y dos kilómetros que separan las ciudades de Uesca y Zaragoza han generado una rivalidad de carácter histórico, social e identitario. En este breve artículo trataremos de pautar este tribalismo a la aragonesa, entre sus dos ciudades más grandes. Advertiremos que este tema de las rivalidades entre ciudades no es algo exclusivo de Aragón, ya que en toda la geografía peninsular encontramos ejemplos más que elocuentes: Uviéu y Xixón, Murcia y Cartagena, A Coruña y Vigo, Bilbao y Donostia, Jerez de la Frontera y Cádiz…, y por supuesto en el ámbito europeo (Liverpool y Manchester, Milán y Turín, París y Marsella, o Atenas y Salónica) y global (Toronto y Montreal, Sao Paulo y Rio de Janeiro, o Los Angeles y San Francisco). Por ilustrar un poco.

La ciudad grande y su casuística, su particular modo de ser/estar respecto al espacio que la rodea, que en el caso aragonés ha generado relaciones de sometimiento administrativo, alejando muchas veces la realidad de Zaragoza y la del resto de Aragón. Uesca es la segunda ciudad en tamaño, pero la diferencia poblacional ha generado ese pasotismo -o indiferencia- hacia lo más pequeño desde la gran ciudad. Esta realidad se complementa con el sociocentrismo (o nosocentrismo), término acuñado por Julio Caro Baroja, que expresa un sentimiento de que lo nuestro es mil veces mejor que lo de al lado. Da igual el tamaño o el elemento que defina a ese sitio. Cada cual ve lo suyo como lo mejor.

Datos, historia e historias

                                                                                   Goya era un visionario de los localismos

Podemos empezar valorando las disfunciones sociodemográficas que se han ido desarrollando entre las dos ciudades. La mayoría de las divergencias (diferencias) de tipo sociodemográfico se dieron desde finales del siglo XIX. En este momento, se produce el despegue masivo de la capital de Aragón con respecto al resto de ciudades (municipios) más poblados. A mitad de los setenta se publicó un libro muy curioso titulado Zaragoza contra Aragón, donde se exponía una teoría del desarrollo que proclamaba el despoblamiento aragonés en favor de Zaragoza, la cual “succiona” a todo el territorio hasta convertirse en un gigantesco monstruo. Y ya en una segunda fase, la capital desarrollaría el espacio succionado (Gaviria y Grillo, Zaragoza contra Aragón, 1974, p. 301). En este artículo no toca hablar de ordenación territorial o desvertebración, pero ya constatamos como esa tesis no se ha cumplido.

En 2017, Uesca tenía censados 52.223 habitantes, aproximadamente un 300% más de población que en el año 1900 (13.600 entonces). El sector servicios es el pilar de la economía oscense, generando más de la mitad de su Producto Interior Bruto. La renta bruta per cápita asciende a 18.576 euros (2014), con una participación estimada sobre la renta disponible en Aragón del 4,80%. Las cifras de paro señalan un 10% global y un 21% juvenil.

 En Zaragoza vive más de la mitad de la población aragonesa (661.108 habitantes). La renta bruta per cápita asciende a 17.153 euros (algo lejos de la oscense), pero en total representa el 56% de la renta aragonesa. El paro marca un 11,7% y el juvenil asciende a un 18%. En esta exposición somera no se observan grandes diferencias, salvo la relativa al volumen poblacional.

Siempre se ha hablado de inversiones, del agravio comparativo, entre la capital aragonesa y el resto del territorio. En 2011, Zaragoza recibía del ejecutivo autonómico 10,87 euros por habitante (“Zaragoza es la ciudad que menos dinero recibe de su comunidad”, El Periódico de Aragón, 09/04/11), cantidad muy alejada de los 32,81 euros por persona que recibía Uesca por los servicios que prestaba por esas fechas. El caso es que la capital aragonesa está infradotada financieramente y este es un debate eterno, dada la compleja estructura demográfica y municipal de Aragón, pero que demuestra como algunas percepciones desde el resto de municipios no se justifican. Zaragoza tiene unas 45.000 personas que por motivos de trabajo o de estudios residen en ella sin estar empadronadas. El racionalizar la rivalidad en función de estos parámetros es un terreno, sin duda, pantanoso.

La ciudad de Zaragoza ha crecido con respecto a Aragón de forma monstruosa y desproporcionada en los últimos tiempos. Esta macrocefalia es propia de zonas subdesarrolladas, donde la metrópolis se beneficia de circuitos económicos exteriores, que dejan al margen al resto del territorio. A finales del siglo XV, la población de Zaragoza representaba el 7,7% de la población aragonesa, siendo cuatro veces mayor que la de Calatayub, por entonces la segunda ciudad del viejo reino. En la segunda mitad del XIX, con una industrialización incipiente, se produce el despegue zaragozano (10,8% de la población aragonesa en 1900), que para 1950 su volumen demográfico era doce veces mayor que el de Uesca. El Polo de Desarrollo Industrial abre la macrocefalia de forma definitiva, con lo que en la década de los ochenta la población de Zaragoza representa el 50% de la aragonesa. De esta forma Uesca y el resto de municipios se van empequeñeciendo respecto al gigante zaragozano, en lo demográfico, en lo económico, en rentas, ahorro privado e inversiones estatales. Y todo esto también tiene consecuencias en lo sociológico, en la construcción colectiva del espacio identitario.

También tenemos algunas pinceladas en cuestiones histórico-institucionales. Aquí entrarían aspectos relacionados con agravios históricos que poco tienen que ver con lo expuesto hasta el momento. Desde el siglo XII, la ciudad de Zaragoza disfrutaba del Privilegio de los Veinte, el cual autorizaba a sus pobladores a ejercer la justicia privada, destruyendo casas y posesiones tanto dentro como fuera de su ámbito de poder. Esto generó muchos desagravios durante toda la época feudal, era una concesión de Alfonso I, y pudo ser la base de esa rivalidad más objetiva respecto a Uesca. En todo caso, lo dejamos como reflexión. El conflicto más importante y que ha ido pululando hasta nuestros días es el tema de los estudios universitarios. No mencionaremos la institución sertoriana de época romana, pero ya desde 1354 Uesca se convierte en ciudad universitaria, a pesar de la oposición de Lérida -ambas entrarán en una guerra de guerrillas en la que no se reconocen títulos ni grados-. A finales del siglo XVI hubo conflictos jurídicos con los municipios de Zaragoza y Uncastillo, ya que estos pretendían tener estudios generales. Zaragoza funda su universidad en 1542 y la decadencia oscense será lenta pero irreversible, hasta el siglo XIX cuando se suprime la universidad oscense en 1845, la cual pasa a convertirse en el Instituto de Bachillerato Ramón y Cajal.

El espíritu universitario oscense se recupera en los años setenta a través del Colegio Universitario, que será la base del Campus actual. En 1988, Uesca luchaba por tener los estudios de INEF -la actual Ciencias de la Salud y del Deporte-. Determinados grupos de presión zaragozanos intentaron bloquear este proyecto, a pesar de que el Gobierno aragonés lo avalaba. La Universidad de Zaragoza remitió un informe a Madrid en el que se señalaban varias ubicaciones del INEF, todas ellas cercanas a la capital aragonesa. La trifulca estaba preparada, con un papel extraño por parte del rector, Vicente Camarena. Al final, INEF se instaló en Uesca. Un año después, el Colegio Universitario de Uesca quedó definitivamente integrado en la Universidad de Zaragoza. Una historia más para alimentar el agravio, en este caso hacia la todopoderosa Zaragoza, la cual engulle como si fuera una ciudad-Estado. El boomerang ya había partido en esta ocasión.

Y llegó el deporte… ¡qué miedo me da!

                                                                                        El derbi, una imagen histórica

El análisis del deporte nos ofrece una visión diferente de esta rivalidad, una interpretación cercana a la Antropología. Ya lo dijo el escritor canadiense Paul Auster: “Europa encontró en el fútbol la manera de odiarse sin destrozarse”, en clara alusión a las rivalidades futboleras (y por extensión deportivas).

El idilio Uesca-Zaragoza ya se fraguó en la década de los ochenta y noventa con una serie histórica de enfrentamientos entre los equipos de baloncesto de ambas ciudades. Desde 1987 hasta 1996, fatos y cheposos compartieron gradas y piques en la máxima categoría del baloncesto. Era la época dorada de este deporte, con la marea blanquiverde oscense y la rojilla de Zaragoza, y jugadores míticos como Brian Jackson, Granger Hall, Kevin McGee o los hermanos Arcega. En lo deportivo, el Club Baloncesto Zaragoza era un club potente, que se codeaba con los mejores del momento, ganando dos Copas del Rey y siendo subcampeón europeo de la Recopa. El Club Baloncesto Peñas ascendió a la Liga ACB en la temporada 1983-84, generando una impresionante pasión por el baloncesto en la ciudad altoaragonesa, la cual disfrutó más de una década de la élite en este deporte. Los derbis entre ambos equipos fueron muy especiales, con ese ambiente tan ensordecedor que se creaba en el oscense Pabellón del Parque. En el balance de partidos, casi siempre ganó el equipo zaragozano, exceptuando dos partidos en los que el derbi cayó del lado oscense. Para el recuerdo, una eliminatoria del play-off por el título en la temporada 1990-91, con un segundo partido apasionante disputado en Uesca, llevándose la contienda el equipo rojillo por un apretado 91-92, tras una prórroga. En 1996 ambos clubes tuvieron un final trágico, el CB Zaragoza desaparecía por problemas económicos y el CB Peñas vendía su plaza de ACB a un equipo de Fuenlabrada.

El balonmano dejó en los últimos años una serie de derbis entre el Balonmano Uesca y el Balonmano Aragón. Desde el 2011 se enfrentaron en una serie de partidos de primer nivel, ya que se disputaban en la máxima categoría estatal (Liga ASOBAL). De entre todos los enfrentamientos destacamos el de la temporada 2012-2013, la victoria de los oscenses en el Príncipe Felipe (24-29, para los curiosos) supuso el sorpasso en la hegemonía del balonmano aragonés. A partir de ese momento, la decadencia del equipo zaragozano ha sido inexorable, sus problemas económicos lo han abocado a la desaparición en mitad de la temporada 2015-2016. Más allá de esto, aquel 20 de octubre de 2012 la afición oscense pudo entonar el “¡Eo, eo, eo, esto es un chorreo!” (Diario del Altoaragón, 21/10/12). Una victoria sonada ante un equipo que había llegado a disputar finales europeas.

En fútbol, esa rivalidad al máximo nivel no se produjo hasta el año 2008. Y eso que ya hubo enfrentamientos anteriores entre el Real Zaragoza y la Sociedad Deportiva Uesca -con otras denominaciones también-. A finales de los cuarenta, se enfrentaron en Tercera División, y en la década de los cincuenta coincidieron una temporada en Segunda. Entre finales de los setenta y mediados de los ochenta, la Copa del Rey trajo dos eliminatorias más. En esos ocho partidos, tres victorias blanquillas, cuatro empates y una victoria azulgrana. Eran otros tiempos, con un Real Zaragoza asentado en Primera División, con sus Copas del Rey, Recopas, presupuestos ostentosos, peñas por todo Aragón y una masa social acorde con la entidad de la ciudad. Y el Uesca, fundado en 1960, con un largo periplo en Segunda B y Tercera División, escasa tradición de peñas deportivas y una realidad socioeconómica proporcional a una ciudad de 50.000 habitantes. Este es el punto de partida en 2008, una foto fija, cuyo relato vamos a desgranar a continuación, ya que todo fluye y nada permanece inmutable. Y la rivalidad fato-cheposa ha dado para mucho.

Dicen que el fútbol es la cosa más importante de todo lo que en la vida no es importante. En las relaciones Uesca-Zaragoza nos ha abierto un campo de anécdotas, curiosidades y percepciones que pasamos a relatar. ¿Hay muchos aficionados al Real Zaragoza en Uesca? Los hay, como las “meigas”, ni muchos ni pocos. Lo cierto es que los oscenses que siguen el fútbol, no suelen tener mucha simpatía por este equipo: la lógica de la rivalidad impera y en este deporte aún más. Pero de forma natural siempre ha habido zaragocistas, hasta una peña que acoge a sus aficionados. ¿Hay seguidores del Uesca en Zaragoza? También los habrá, lógicamente. Al fin y al cabo, sólo hay media hora larga en coche entre una ciudad y otra.

El 6 de diciembre de 2008, los dos equipos de fútbol volvieron a verse las caras, 57 años después, en la Segunda División. En un ambiente de gala, el estadio zaragozano de La Romareda asistió a la escenificación de la tragicomedia perfecta. Los medios de comunicación lo titularon “La fiesta del fútbol aragonés”. En la grada, cerca de cinco mil aficionados del Uesca asistieron a un partido muy igualado que terminó en empate a dos. El 9 de mayo de 2009 se jugaría el partido de vuelta, un partidazo de altura que ganó el Zaragoza (0 a 1) tras un solitario gol de la que era la perla de su cantera -Ander Herrera-. El Alcoraz tuvo un llenazo histórico, a pesar de la lluvia que cayó durante el encuentro. Fue un choque intenso, en el que los medios de comunicación zaragozanos trataban de suavizar la rivalidad, infravalorando lo histórico-deportivo y enfocando la tensión hacia “una cierta animadversión” social (A. Hernández: “Un derbi de andar por casa”, El Periódico de Aragón, 10/05/09). En Uesca hubo rumorología relacionada con los ocho exzaragocistas que alineó en el once titular su equipo; lo que desencandenó sospechas sobre un derbi pactado. La crítica objetiva vino con el tratamiento que dieron al partido los comentaristas de Aragón Televisión, todo un despropósito, ya que no ocultaron su parcialidad hacia el equipo blanquillo (Javier García Antón: “Retransmisión en tono local”, Diario del AltoAragón, 10/05/09); una discriminación que en Uesca no sentó nada bien, y muy parecida a la que sienten otros cuando su equipo se enfrenta al Real Madrid. Ese victimismo paternalista rodeó todo lo deportivo, atufando la normalidad de una fiesta del fútbol aragonés… El caso es que el Derbi se escribía con mayúsculas, Ander Herrera declaraba en una entrevista que “los insultos sólo me motivaron más” (Sport. Equipo, 11/05/09).

Meses antes, ya había opiniones desde Uesca que describían el descenso del Zaragoza con una sensación entre agria y dulce, justificando esa doble realidad aragonesa, agitando las banderas de la eterna sospecha: la macrociudad de Zaragoza y el resto de Aragón (Guillermo Ortega: “Que no baje el Zaragoza”, Heraldo de Aragón, 21/04/08). La rivalidad eclosionó en el plano institucional, en ese 2008, el Zaragoza rescata a última hora al entrenador del Uesca, Manolo Villanova; el club blanquillo estaba peleando por no descender a Segunda División, y decide colocar en su banquillo al señor Villanova -contractualmente vinculado al equipo zaragozano pero dirigiendo a la SD Uesca-. El asunto encrespó los ánimos ya que el club azulgrana estaba peleando por subir a Segunda División. El karma hizo justicia, y tras una temporada nefasta, el Real Zaragoza descendía a la categoría de plata. La estrambótica gestión del antiguo propietario del Zaragoza, Agapito Iglesias, repercutió en los vecinos oscenses y en la imagen de confraternización que se pretendía entre ambos clubes: jugadores de la cantera zaragozana que no son cedidos en extrañas circunstancias, el caso del portero Toni Doblas, el arreglo del Alcoraz por parte de la empresa del citado Agapito, incumplimiento de un convenio económico por parte del equipo blanquillo, quejas por los precios de las entradas en los partidos, sospechas de componenda en el derbi de la temporada 2008-2009 -con un Zaragoza que necesitaba los puntos para ascender-, justificaciones extrañas de las directivas. Una narrativa de chanchullos que amplificaba la rivalidad. En esta línea, el Gobierno de Aragón no ayudó en las relaciones: en otoño de 2008, la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión aprobaba unos patrocinios deportivos en los que el Zaragoza percibiría doce veces más que el Uesca (“El Real Zaragoza recibe de Aragón TV casi doce veces más que el Huesca”, Heraldo de Aragón, 18/10/08); un agravio injustificado ya que se trataba de dinero público, aunque otros clubs de élite también recibieron el mismo trato. Pero eran deportes minoritarios. De hecho se llegó a rizar el rizo en el Memorial Carlos Lapetra del 2010, en un año en el que aparecían como invitados el Uesca y el Teruel; el club azulgrana mostró su malestar por haber tenido que hacer frente a los gastos de desplazamiento y a la cena posterior al torneo. Cada parte decía una cosa, y todo quedaba en una nebulosa hipócrita, digna de revista del corazón. Todo iba a peor, parecía que había necesidad de enfrentar, dividir, algo muy característico del fútbol como fenómeno socio-cultural. Pero todo esto no es más que narración, la construcción discursiva de las relaciones Uesca-Zaragoza, asociando ciertos rasgos, mitos y estereotipos. El primer derbi, el de diciembre de 2008, fue un “día 9, de San Lorenzo”, para la mayor parte de los aficionados oscenses que acudieron a La Romareda, ya que era gente que sólo había visto al Uesca en Tercera División o Segunda B, y al Zaragoza bien posicionado en Primera División, además de los títulos que iba ganando. Esa era la realidad oscense, más propia de un día de fiesta mayor en el que ensalzar la patria local y el ser de Uesca. Y luego está lo circunstancial, ese paternalismo tutorizante que se exhibió desde 2008 en los medios y público de Zaragoza, ante un Uesca muy majete, que jugaba bien al fútbol pero “nosotros somos nosotros”, tipo al mansplaining que muchos hombres aplican sobre las mujeres, o el insultante desprecio de aficionados del Barcelona o del Madrid hacia el resto de equipos. Esas ganas de rivalidad, de provocar, también tuvieron su antagonismo en Uesca, donde el exjugador azulgrana Cuco Lanau desgranaba un artículo en el que legitimaba y provocaba esa animadversión futura, aludiendo al miedo, la moral, la educación, la valentía; unos intangibles maniqueos que al final suenan ridículos cuando escribimos sobre deporte (en “Viva el fútbol”, Diario del AltoAragón, 07/12/08). Otra cosa es la gestión deportiva, que ha ido igualando a ambos clubes y eso requiere de un tiempo de aclimatación por parte de los que siempre han estado por encima.

Tras esa temporada 2008-2009, el Zaragoza asciende a Primera. El Uesca se mantiene en la categoría de plata hasta que baja a Segunda B en 2013. Una curiosa coincidencia ya que el equipo blanquillo desciende otra vez a Segunda ese mismo año. El conjunto altoaragonés sube en dos temporadas, con lo que siete años después se volvían a ver las caras en Segunda División, un partido que llegaba en enero en plena vorágine navideña, con un Zaragoza siempre necesitado de puntos y un Uesca relativamente calmado; un choque que se desarrolló algo tumultuoso en los detalles, dejando varias imágenes para el recuerdo cortoplacista (sobreactuación de Camacho, agresión de Ángel sobre Carlos David, protestas varias, expulsiones y un carrusel de goles y emoción), un empate a 3. ¿Qué más queremos? Las lecturas del partido fueron diversas, propias de un partido con mucho jugo. Eso sí, los 2.500 seguidores oscenses celebraron el empate con gran alegría. Y en la segunda vuelta de la competición, se produce el cuarto derby de la era actual, con un empate a uno en El Alcoraz, que reprodujo un guión similar en cuanto a juego y tensión; en este caso, a dos jornadas del final de la liga, el Uesca buscaba certificar la permanencia y el Zaragoza quería entrar en las eliminatorias de ascenso a Primera. Como siempre, la prensa se encarga de aderezar lo sucedido, “un golazo de Samu abre las puertas del cielo”, o “la S.D. Uesca, “heroica y dos veces invicta” ante el Zaragoza”, aludiendo a que el equipo azulgrana había conseguido empatar en inferioridad numérica (Diario del AltoAragón, 27/05/16). En la temporada siguiente, la 2016-2017, vuelven a enfrentarse, pero esta vez toca en la tercera jornada, recién iniciado septiembre, con mucho calor y sin grandes retos aún sobre el cesped. Gana el Zaragoza 1 a 0, en un partido espeso, resuelto a falta de tres minutos para el final. Quizá el derby menos atropellado, en comparación con los otros. Incluso la grada participa menos: seiscientos aficionados oscenses bajan a La Romareda, una cifra menor a la de otras ocasiones. En los días previos al derbi de febrero, Agustín Lasaosa -presidente del Uesca- realizó unas declaraciones en las que defendía que “el 70% del uesca y el 30% del Real Zaragoza competiría por ser campeón” (El Periódico de Aragón, 01/02/17), en alusión a las gestiones deportivas de ambos clubes. Unas semanas antes, ya hubo algún dardo envenenado respecto al fichaje de Jesús Valentín por el Zaragoza, como siempre las formas fallaban, aunque conviene recordar que el fútbol profesional se mueve por intereses económicos. En febrero de 2017 se disputó en El Alcoraz el derbi de la segunda vuelta, con los azulgranas por delante en la clasificación, con un punto de ventaja sobre el conjunto zaragocista. La ilusión embargaba a la afición oscense, ya que se podía afirmar que la igualdad era máxima, incluso el favoritismo basculaba hacia el conjunto altoaragonés. El sábado del partido la ciudad de Uesca sufrió una lluvia constante que dejaba el campo casi impracticable, de hecho se especuló con suspender el encuentro pero al final se terminó jugando tras presiones de la Liga. Y ganó el Zaragoza (2 a 3), en un partido eléctrico, con todos los goles en el segundo tiempo, con un juego espeso, adelantándose el Uesca pero remontando de forma increíble el conjunto blanquillo. Otro derbi raro, con alusiones periodísticas a la maldición de los azulgranas, que no logran vencer a sus vecinos del Ebro. Y reacción desde la capital aragonesa, pensando que esta victoria significaría una remontada en la clasificación que no llegó a producirse.

El resto del relato se cuenta fácil. En esta campaña 2016-2017, la SD Uesca ha rozado el ascenso a Primera División, clasificándose para el play-off tras quedar en cuarta posición. El Zaragoza quedaba relegado a jugar por no bajar a Segunda B. En este cruce de caminos, el Uesca se sitúa como primer equipo aragonés por primera vez en toda su historia. Todo ello aderezado con el episodio de Lalo Arantegui, director deportivo del Uesca que es contratado por el Zaragoza para la temporada siguiente. Otra más, para cavar el idilio de indiferencias y malas formas que ha caracterizado todo este carnaval bufonesco llamado deporte rey. El final de temporada ha dado para mucho en las redes sociales, con memes, chistes y provocaciones. La temporada 2017-2018 fue mágica para el conjunto altoaragonés; para empezar, en el séptimo derbi de la era actual lograrían su primera victoria ante el Zaragoza con un contundente 3 a 1, un lunes 6 de noviembre en El Alcoraz. Una victoria que consolidaba al equipo oscense en la segunda plaza de la clasificación, dejando al Zaragoza en la parte media-baja de la tabla, todo un baño deportivo que confirmaba un sorpasso largamente anunciado: baño, doloroso, sublime, losa abatida, etc. En la segunda vuelta, un enfrentamiento de dinámicas y necesidades, La Romareda abarrotada, y dos equipos luchando por subir a Primera, para vivir una victoria ajustada del equipo del león (1 a 0), en un encuentro muy táctico. Un espejismo de tres puntos en la clasificación, a falta de ocho jornadas. El 21 de mayo, el Uesca vence en Lugo por 0 a 2, confirmando de forma matemática su ascenso a falta de dos jornadas. Un hito histórico para la ciudad y su imaginario colectivo; el Real Zaragoza cae con el Numancia en los playoffs…, de esta forma la SD Uesca jugará en la máxima categoría, quedando el zaragocismo sumido en sus propias frustraciones y envidias. Pero ya conviene ir cerrando el asunto fútbol en esta rivalidad fato-cheposa.

Alejandro Quiroga (Goles y banderas. Fútbol e identidades nacionales en España, 2014) expone y argumenta sobre la fuerza del fútbol en la creación de las identidades nacionales, tanto estatales como subestatales. De hecho, el ciclo exitoso de la selección española ha sido reinterpretado con la idea-fuerza del vigor de una generación de deportistas, jóvenes, preparados y desinhibidos. Se trata de un proceso de construcción muy poderoso, por la importancia que se le da en las sociedades del siglo XXI al deporte. Un juego de imágenes, que para nuestro caso Uesca-Zaragoza, sirve de tabla de comprobación, de agitación de banderas locales, que generan, refuerzan y cohesionan a comunidades cercanas en el tiempo y en el espacio.

Conclusión paródica y precipitada

Tras escribir esta serie de párrafos algo inconexos, alguno habrá con deseo de encontrar conclusiones sobre la rivalidad entre Uesca y Zaragoza. Realmente no las hay, ya que las percepciones, sociales o culturales, son subjetivamente construidas, y por lo tanto, no se trata de demostrar nada, ni a favor ni en contra. La rivalidad está ahí, en una eterna mezcla de factores, muchos de ellos, universales, tal y como hemos ido comprobando.

                                                                           La distancia y la equidistancia de una rivalidad

La mentalidad aragonesa tiene una característica muy peculiar, el humor, somarda, ácido, autoparódico. El grupo zaragozano “Los Gandules” lo representa como pocos, ya que sus actuaciones musicales tienen ese toque provocador y gamberro. Cuando actúan en Uesca, juegan con la rivalidad, exorcizando los motes cheposo/fato y tratando de legitimar esa retranca tan aragonesa: “¡Hala, que los de Zaragoza tenéis una ermita al lado de una acequia!” -en referencia al Pilar y al Ebro-, les comentaron en una actuación (Clara Asín: “[Entrevista a Los Gandules], Diario del AltoAragón, 09/08/12). Ellos, reclaman la parrilla de oro, como forma de replantear que al fin y al cabo, el continuum identitario aragonés sigue su curso, con lo somarda por bandera.

Por eso en densidades urbanas como la zaragozana es complicado que entiendan con afecto (irónico) el cántico “Es cheposo el que no bote, es, es”, o la ridiculización de la Virgen del Pilar -asunto común el de satirizar a la virgen o al santo del pueblo vecino-. No hay líneas rojas, y el pez gordo cree que no sufre amenaza, hasta entrar en el terreno de la violencia simbólica. Estos piques dejan imágenes deliciosas, como los adoquines que se atragantan en las gargantas oscenses, esos supuestos tractores que aparcan los fatos al venir a Zaragoza, o las risas por el eterno olor a col que se respira justo antes de entrar a Zaragoza por la autovía que conecta con Uesca.

En 1960, el urbanista Kevin Lynch publica La imagen de la ciudad, una obra fundamental para entender los planteamientos de la denominada Geografía de la Percepción. En ella se trabajan elementos particulares del paisaje urbano por medio de conceptos como sendas, bordes, distritos, hitos y nodos. La clave de estos mapas mentales reside en que reproducen las visiones personales que tiene la gente sobre la ciudad. Las geografías individuales nos muestran preferencias, rechazos y atracciones muy peculiares. Si realizáramos un estudio cruzado en esta línea sobre Huesca y Zaragoza, en la que cada entrevistado trabajara sobre los elementos de la ciudad “rival” nos sorprendería el alto grado de tópicos y desconocimiento. A pesar de los 72 kilómetros. Ya lo expuso Owen Jones en Chavs, basta coger una parte por el todo, mezclarlo con ejemplos extremos y poco representativos, y ya tenemos un cocktail de clichés para lanzar a la opinión pública. De la gran ciudad a la tranquila urbe de tamaño medio. El trono del Pirineo o el corazón del valle del Ebro. Aragón como país volátil, que se escapa de las manos. Dos ciudades muy antiguas, que se complementan, y que seguirán haciéndolo, labrando su rivalidad en las pequeñas cosas de la vida.

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Análisis

REGIONALIZANDO ARAGÓN… ¿HAY VIDA MÁS ALLÁ DE LAS PROVINCIAS Y COMARCAS?

Daniel Lerín Cristóbal / @Danilerin

En 2016 la organización Chobentú sorprendía con la apuesta por un mapa que ellos defienden como “emancipador”, una propuesta de seis regiones que interrelacionan paisaje y comarca. Una propuesta que mezcla los factores humanos y los naturales, deconstruyendo las provincias, y que aparece como una herramienta de trabajo muy potente para el discurso de país, enfocado a un autogobierno más eficaz. De norte a sur, el Alto Aragón -Pirineo y Prepirineo-, Aragón Medio o Tierra Media, Zaragoza, Ibérica Norte e Ibérica Sur y Bajo Aragón o Tierra Baja. Guillermo Corral, autor del artículo, defiende la coherencia de esta regionalización, ya que las provincias esconden bastantes contradicciones en ordenación territorial. De la misma forma, Zaragoza tiene su propia región metropolitana, en consonancia con propuestas similares para los modelos catalán y valenciano.

¿Pero qué es la regionalización? Así de primeras, limitar o acotar el espacio. En este sentido, aparece la Geografía para explicar elementos comunes, ya sean económicos, sociales, culturales o naturales. Y también la idea de descentralización, para gestionar lo local desde administraciones o poderes más cercanos. Regionalizar implica dividir un territorio en áreas menores, un ejercicio cartográfico que para el caso aragonés tiene unas peculiaridades específicas.

Con esta foto inicial, deberíamos hacer un repaso por la historia aragonesa, para descubrir propuestas de todo tipo, que abarcan las diferentes formas de Estado que ha tenido Aragón. Durante la Edad Media, ya con las fronteras del Reyno más o menos estables -último tercio del siglo XII-, comienzan las necesidades para administrar mejor el gobierno general.

La administración real crea las Sobrejunterías (siglo XIII), una delimitación cuyo objetivo era mantener el orden público -las juntas para defenderse de los salteadores de caminos y malhechores-, pero que más tarde ampliaría competencias. Su número varió entre cinco y seis, más las cuatro Comunidades de aldeas: Jaca, Sobrarbe, Huesca, Tarazona, Zaragoza, Calatayud, Daroca, Albarracín y Teruel.

Los Merinados se crean para la administración del patrimonio real a finales del siglo XIII; eran doce, y su configuración nos ofrece un mapa regional que ha ido determinando la identidad de paisaje y gentes a lo largo de siglos. El mapa recoge Jaca, Sobrarbe y Las Valles, Ribagorza, Barbastro, Huesca, Ejea, Tarazona, Zaragoza, Calatayud, Daroca y Teruel. Llama la atención la extensión del merinado de Zaragoza, que llega hasta las Cuencas Mineras o el Maestrazgo. Y por otro lado, dos situaciones geoespaciales determinantes: el peso de las entidades fundacionales del reino de Aragón -las estructuras condales de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza-, y la alta autonomía de las Comunidades de aldeas.

Esta propuesta será la base para las siguientes divisiones regionales. De esta forma tenemos las Sobrecullidas (siglos XIV-XV), un número de once divisiones cuyo fin era cobrar los impuestos que pertenecían directamente a la Corona. En esta compartimentación aparece Jaca, Aínsa, Ribagorza, Huesca, Barbastro, Tarazona, Zaragoza, Alcañiz, Calatayud, Daroca y Montalbán.

La llegada de los Austrias esclerotizó el desarrollo del reino aragonés -las rebeliones de 1591 lo atestiguan-, a pesar de determinadas propuestas de división interna, como las diócesis de la Contrarreforma o los tribunales de la Inquisición. Lo más relevante vendría con la transformación de las Sobrecullidas en Veredas, para coordinar mejor los centros donde se recaudaba el impuesto de las generalidades. Once compartimentaciones, creadas hacia mitad del siglo XVII, y que no variaron de manera relevante respecto a las sobrecullidas medievales.

De este paisaje regional más o menos fijo, planteamos un gran salto en el tiempo hasta 1812. La ocupación francesa de la península Ibérica dejó un mapa de prefecturas que nunca llegó a entrar en vigor. Esta división tenía cuatro capitales (Huesca, Zaragoza, Alcañiz y Teruel), anunciando la futura estructura provincial, aunque el rastro de los merinados/veredas es evidente. La grandeur napoleónica arrastra nuevos vientos en la regionalización, el Estado francés se homogeneiza en estos momentos, con su cartografía de departamentos. En paralelo a estas medidas, las Cortes de Cádiz ya estaban diseñando una división en provincias. El siglo XIX cambiaría todo.

La palabra provincia fue usada en el derecho público romano para designar las atribuciones generales o especiales de los magistrados con imperium; es decir, la provincia como indicadora de la dependencia del poder central. En el Estado liberal español, unitario y centralista, lo tenían claro. Un 30 de noviembre de 1833 fue aprobada la división provincial vigente hasta nuestros días. No nos detendremos en esta cita, la pesada herencia de esta administración sigue estructurando las políticas administrativas aragonesas. Con Huesca, Zaragoza y Teruel, se crean los partidos judiciales -cuya función primigerna era de ejercer como juzgados de primera instancia-, y de esta guisa, con micromodificaciones posteriores, tenemos la única división real para el Estado español hasta 1978. En la obra de Pascual Diarte El final de las comunidades históricas aragonesas (2017, editorial Doble Robles) se describe perfectamente la desmantelación, triste y humillante, de estas administraciones autónomas. El relato de lo nuevo asociado al progreso (centralismo liberal) frente a lo viejo, que desaparecía asimilado a pesar de las resistencias de los representantes de estas instituciones aragonesas.

Ya en el siglo XX, las necesidades tecnocráticas del desarrollismo franquista fraguaron un aluvión de propuestas y estudios, como la del Atlas Comercial de España (1963), con una división en áreas desde la óptica comercial, con una acusada centralidad de Zaragoza (ese monstruo succionador del que nos habla Mario Gaviria y Enrique Grillo en su icónico Zaragoza contra Aragón, 1974), más Jaca, Barbastro, Huesca, Calatayud y Teruel. Un estudio que marcaba líneas de atracción hacia zonas extra-aragonesas (Pont de Suert, Lérida, Tortosa, Morella, etc.).

En 1971 el Fondo para la Investigación Económica y Social de la Confederación Española de Cajas de Ahorro publicaba una delimitación en base a las comarcas agrarias, troceando Aragón en dieciocho espacios más o menos homogéneos, destacando zonas con una consideración estrictamente geográfica -Montaña, Somontano, Llano- junto con las clásicas que se van reproduciendo en las sucesivas regionalizaciones.

Entre 1970-75, el profesor Antonio Higueras planteó una regionalización basada en criterios geográficos, con veinticuatro comarcas divididas en tres grandes áreas. Esta propuesta se organiza en Alto Aragón (Altos Valles Occidentales, Altos Valles Orientales, Prepirineo Occidental y Prepirineo Oriental); La Tierra Llana (Sos, Cinco Villas, Hoya de Huesca, La Violada, Somontano Barbastrense, Monegros, Somontano de Tarazona, Ribera de Gallur, Somontano de La Almunia, Campo de Zaragoza, Campo de Cariñena, Bajo Aragón y Somontano del Bajo Aragón); Sistema Ibérico (Valles al Norte del Jalón, Campo y Sierras de la Comunidad de Daroca, Parameras Montalbinas, Sierra Alta del Jiloca-Turia, Maestrazgo Turolense, Albarracín y Javalambre). Un ejemplo que tendrá una reelaboración posterior, y que ya nos denota la multifragmentación que se plasmará con la comarcalización del PAR.

No vamos a cargar esta lectura con propuestas y propuestas, así que cerraríamos esta breve descripción con un curioso mapa, editado en 1980, por el Colectivo de Estudios del PSA -Partido Socialista de Aragón, referente fundamental para el nacionalismo aragonés-, en el que se reorganiza el territorio en regiones-comarcas-subcomarcas. De esta forma tenemos Viejo Aragón, Cinca, Tierra Llana, Ebro, Bajo Aragón, Jalón, y Turia. Un modelo interesante de ordenación territorial que mezcla historia, geografía, sociología y economía. De manera simbólica, nombramos su visualización del catalán y el aragonés, además de incluir el Valle de Arán -como territorio perdido por Aragón en 1833-.

Y de salto en salto, de ejemplo en ejemplo, llegamos a la realidad actual, con la Ley de Delimitación Comarcal de Aragón (1996), un hito histórico en el desarrollo autonómico aragonés, reorganizando el espacio en 33 comarcas de distinto tamaño y población, bajo el principio de cohesión y con criterios histórico-geográficos. La idea inicial es prestar funciones y servicios, gestionar actividades de ámbito supramunicipal, y dar representatividad a los intereses de la población (los consejos comarcales, conformados por concejales). El caso es que con esto no llega para vertebrar y frenar la despoblación, además de una hipertrofia administrativa que aleja estas entidades de la población, como si fueran una agencia de colocación más para los partidos.

La provincia ha calado hondo en la conciencia localista de amplias capas de población; el ejemplo reciente lo tenemos con la SD Huesca, que en su primera temporada en la élite del fútbol estatal, ahonda en ser el equipo de la provincia de Huesca. La comarcalización institucional podría haber derivado en un Aragón uniprovincial, de distrito único, tal y como se expone en este artículo de Sebastián J. Lorenz. Pero es un discurso que no ha calado, a pesar de que en alguna conversación personal con gente de Podemos, llegaron a verbalizar que era una propuesta que tenían encima de la mesa, para cuestiones electorales. La deriva negacionista del nacionalismo español va por otros derroteros; UpyD en 2012 proponía la fusión de comunidades autónomas -su estrambótica Ebro Región-. Y de esta forma van sacudiendo, unos y otros, Ciudadanos, el Partido Popular, etc. Y luego salen los versos sueltos, el postureo del PSOE, ¿recuerdan a Rubalcaba proponiendo suprimir las diputaciones provinciales?

Los mantras e ideas fuerzas siguen ahí: mejorar los servicios públicos a través de la organización territorial, implementar un mayor equilibrio de las condiciones de vida dentro de Aragón. Desde la Geografía y la Ordenación del Territorio hay muy buenos trabajos para servicios sociales de base, sanitarios, educativos, medioambientales, lúdicos, etc. La historia de Aragón nos puede ayudar. Turismo de Aragón ya ha promocionado un mapa con la regionalización de Chobentú, supongo que un ensayo.

Aquí no proponemos nada, simplemente realizamos un muestreo para que la gente reflexione y repiense que hay vida más allá de lo que nos han “vendido” como eterno, inmutable, incambiable.

Nota del autor: la información para el artículo se ha trabajado a partir de esta obra (UBIETO, Agustín (2001): El largo camino hacia las comarcas en Aragón (aproximación didáctica). Zaragoza, Gobierno de Aragón).

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Análisis

Al sol que más calienta

Estos últimos días se están sucediendo movimientos en torno a las candidaturas de Ciudadanos, tanto para la Comunidad Autónoma de Madrid como para el ayuntamiento de Barcelona, para las próximas autonómicas y municipales de 2019. Para la primera se ha rumoreado a Vargas Llosa, para la segunda a Manuel Valls.

En el primer caso Albert Rivera ya ha dicho aquello de “lo desmentimos, pero no es mala idea”, en una clara estrategia de toma de temperatura o globo sonda. En el caso de Valls, es el propio político quien se postulaba diciendo que hay que generar una candidatura con posibilidades de ganar, es decir, una candidatura unitaria en modo “Marea ciudadana” de los constitucionalistas en Barcelona.

Considero que estamos ante un nuevo tipo de candidatura política que va más allá de que un inmigrante nacionalizado, o hijo de primera generación que se presenta con posibilidades en dos plazas de gran importancia. No estamos ante una Anne Hidalgo, nacida en España en 1959, y que ahora es la actual alcaldesa de París, o el propio Manuel Valls (en un primer momento) hijo de inmigrante español y suiza en Francia, pero nacido en Barcelona por mero “capricho” familiar.

Estamos ante dos personas que han sido líderes políticos activos, destacados y de muy primer orden en otros países que juegan una suerte de nomadismo político global, cual directivo o alto ejecutivo de una empresa multinacional, con la maleta siempre preparada para llevar la dirección de la sede en Chile, Indonesia o Nueva Zelanda.

Vargas Llosa fue candidato a las elecciones peruanas en 1990 y apenas unos días antes las encuestas le daban la victoria, frente a un Fujimori que apenas contaba con un 10%, pero finalmente se dio la vuelta al resultado. De Valls, poco se pude añadir, primer ministro de Francia desde el 31 de marzo de 2014 hasta el 6 de diciembre de 2016.

Existe un precedente de este nomadismo político, Mijeíl Saakashvili. El que fuera presidente Georgiano durante la Guerra de los cinco días en 2008 contra Rusia. En 2013 acabó su mandato bajo acusaciones de corrupción, y en mayo de 2015 el presidente ucraniano Poroshenko lo nombró gobernador de la importante región de Odessa; en noviembre de 2016 fue cesado, se le retiró la nacionalidad ucraniana, huyó del país, pero regresó de manera ilegal fundando el “Movimiento de Nuevas Fuerzas”, siendo en la actualidad uno de los líderes de la oposición ucraniana.

El mero hecho de que nadie haya objetado nada en público a estos dos globos sonda implica que ya es hegemónica esta idea de nomadismo político global, cualitativamente muy diferente a un nomadismo que se puede confundir con el transfuguismo político. Creo que estamos ante otra cosa.

También considero que es un fenómeno que se ampliará en el futuro. Es el modelo más desarrollado por las élites de la globalización de las que hablaba el siempre tan citado sociólogo Bauman, cuyo tipo ideal de su modernidad líquida es un individuo que pulula por el mundo conectado a un wifi global y que trabaja bajo demanda con movilidad planetaria.

Autor: Miguel Montañés

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Análisis

Comprad oro, ¡malditos!


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Pese a que las polémicas domésticas en el Spanish State no nos dejan ver el bosque, el mundo se encuentra en una especie de 3ª guerra mundial económico-militar que vamos a intentar, y valga la pseudo-redundancia, bosquejar.

Por un lado tenemos el bloque anglo-saudí-israelí. Este bloque se encuentra en una guerra interna entre el denominado Estado Profundo (Deep State) y el gobierno de Donald Trump. De esa tensión intra-bloque se entienden algunas acciones. Si Donald Trump era acusado de ser amigo de Putin ¿Por qué hace pocas semanas se expulsó a docenas de diplomáticos rusos ante unas acusaciones sin pruebas ni juicio sobre el envenenamiento del señor Skripal? ¿Por qué Rusia avisa tanto a EEUU como a Israel de que sus ataques sobre Siria tendrían consecuencias si salen heridos o muertos ciudadanos rusos?
Estas idas y venidas, esta relación amor-odio entre EEUU y Rusia no tienen más sentido que un ejercicio de movimientos en continuo equilibrio en esta pugna entre el Deep State (conglomerado financiero-militar) y el Gobierno de Donald Trump.

Como ejemplo paradigmático de esta movilidad y estrategias gaseosas (es decir, considerar largo plazo políticas a seis meses vista) tenemos a la figura de Erdogan en Turquía, que ha pasado en apenas un año y medio de comprar millones de barriles de petróleo al ISIS y estar detrás de ataques a aviones rusos, a firmar acuerdos con Rusia… y todo después del intento de golpe de Estado en Turquía por parte de los gülenistas, una especie de sub-sector dentro del ejército, cuyo miembro más destacado (Fethullah Gülen) se encuentra exiliado en Estados Unidos (Saylorsburg, Pensilvania), parece ser que al Deep State le gusta generar caos per se.
De tal manera el señor Erdogan ha pasado del “buenismo” de hablar de Alianza de Civilizaciones con el expresidente español Zapatero, apoyar el bloque anglo-saudi-israelí con incluso apoyos puntuales al diabólico ISIS, a situarse cerca del otro bloque que vamos a citar, el ruso-chino. La denominada geometría variable, más allá de ser un concepto teórico se concreta en la práctica en estas idas y venidas que imposibilitan cualquier análisis estable en el corto plazo.

El bloque ruso-chino se está moviendo inteligentemente en los últimos tiempos, y lejos de priorizar únicamente el tema militar están intentando generar una alternativa tanto al FMI, al sistema SWIFT de comunicación financiera y al petrodólar.

Centrándonos en el título del artículo, hablemos del petrodólar. De todos es sabido que en 1971 el presidente Nixon (poco antes de que estallara el caso Watergate) deja campar libremente al dólar desvinculándolo del patrón oro. A su vez EE.UU consiguió que el precio del petróleo estuviese vinculado al dólar, naciendo el concepto de petrodólar. En resumen: para comprar petróleo cualquier país del mundo tenía que comprar en primera instancia dólares. De esa manera la FED (algo así como el Banco Nacional de Estados Unidos, aunque no exactamente lo mismo que entendemos en Europa) imprimía dólares con los que inundaba el mercado mundial, digamos que exportaba su inflación al resto del mundo. Esta máquina de imprimir más la coerción de su ejército (los famosos siete portaviones) garantizaba esta preponderancia económico-militar de EE.UU.

Pues bien, el pasado 26 de marzo el Gobierno Chino lanza al mercado el petroyuán como alternativa al petrodólar. Es una decisión que no se toma a la ligera, ya que se han producido varios anuncios de su emisión que al final quedaron en nada. También se parte de una especie de Banco mundial alternativo, el llamado Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, fundado el 15 de julio de 2015. En cuanto a la alternativa al sistema SWIFT, tenemos, entro otros, el sistema CIPS de China.

Una vez lanzado el petroyuán, parece que no ha habido ninguna catástrofe económica, tal vez una complejización más de la situación internacional. ¿No ha pasado nada económicamente hablando? ¿Esos agoreros que hablaban del principio del fin el 26 de marzo se han vuelto a equivocar? Falso, ha pasado algo muy importante. El anuncio de un proyecto de Ley en el congreso de Estados Unidos, para de aquí en un plazo de 30 meses volver a la paridad del dólar y el oro que se había desvinculado, como decíamos, en 1971. Se trata del proyecto de Ley H.R. 5404 que pueden ver aquí . Se puede leer fácilmente su fundamentación y se observa que ese plazo de 30 meses es flexible, es decir, que si la situación lo requiriese se podría acelerar. Esto es un cambio total de la economía que la mayoría de nosotros hemos conocido.

Es por ello que el oro tenderá a revalorizarse en el futuro y desde aquí recomiendo tener parte de los ahorros en este metal. Recomiendo metal físico y no tanto productos financieros en base a oro no físico (futuros y otros). A parte de comprar oro y guardarlo en casa, existen alternativas de oro guardado en bóvedas de las cuales no voy a hacer publicidad, pero con algún buscador y el traductor de inglés es fácil encontrar.

Mientras parece que se avecina una guerra anglo-saudi-israelí frente al bloque ruso-chino, EEUU saca un proyecto de ley que lejos de entenderse como un enfrentamiento al petroyuán se ve como una acomodación a la situación futura, por lo que los dimes y diretes, idas y venidas de las últimas semanas no serían más que movimientos tácticos en esa guerra interna entre el gobierno de Donald Trump y el Deep State, aunque cuesten vidas humanas.

 

Autor: Miguel Montañés

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Análisis

Despoblación, nueva burbuja

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En los últimos meses parece que se ha vuelto a poner de moda hablar de la despoblación de la provincia de Teruel, en ocasiones haciendo referencia a una nueva área denominada Serranía Celtibérica, atractiva denominación formulada por un catedrático de la Universidad de Zaragoza.

Están saliendo libros, reportajes e iniciándose movimientos para generar programas especiales con dinero de Europa y, en último lugar, la solicitud de una posible eurorregión que agrupase esa área territorial. Pero más allá de dinero, nuevas estructuras burocráticas, debates o cursos de verano de la universidad, pocas soluciones reales he visto.

Solamente el diputado en Cortes de Aragón, Nacho Escartín (Podemos) sugirió algo: repoblar esas zonas con refugiados. Nadie le apoyó ni le contravino públicamente, en un más que significativo silencio que ahora no voy a abordar.

El resto de las propuestas solo tienen que ver con el dinero: inversiones, desgravaciones fiscales o nuevas estructuras burocrático-administrativas con su correspondiente dotación presupuestaria, que ya se encargarán de gestionar quienes las proponen y/o afines.

Fondos MINER, FITE, LEADER, dinero para comarcas (sección 26 del presupuesto de Aragón, del cual el 40% se distribuye a partes iguales entre las 33 comarcas sin criterio de proporcionalidad ninguno) y para diputaciones, que llevan regando de pesetas y euros desde finales de los 90 estas despobladas tierras. El fin de la burbuja económica crediticia ha supuesto la vuelta a la “normalidad” demográfica.

Y es que la narrativa de la despoblación es, como todas las narrativas, un discurso de poder. Las declaraciones solemnes no se corresponden con los actos. Los pequeños pueblos disponen, gracias a estas ayudas, de infraestructuras subvencionadas (hostales, hoteles, campings, multiservicios, bares, albergues…) que se licitan de manera poco clara (técnicamente llamados “procedimientos negociados”) y que suelen ser adjudicados a personas en situación cercana a la exclusión social, y según mi experiencia en el terreno, a poder ser de fuera de la Comunidad Autonóma de Aragón. En definitiva se adjudican a personas que no conocen la zona e implementan una mercadotecnia reactiva, no proactiva, que les aboca al fracaso.

Estos perfiles que priorizan los propios alcaldes al final no se adaptan al territorio, o ven que no hay negocio y entre los 3 y 20 meses lo abandonan, en muchas ocasiones con grandes deudas e impagos tanto a ayuntamientos como, peor aún, a proveedores, que para próximas ocasiones desconfiarán de estos nuevos emprendedores y no facilitarán los servicios y suministros a crédito, dificultando el establecimiento de estos negocios en un proceso en espiral.

Lo he visto en múltiples ocasiones; se prefiere a personas que no sean de Aragón y que no se encuentren en una situación socio-económico-intelectual que les pudiera dar cierta independencia de criterio frente al poder del alcalde de turno. Hablando claro: Se busca personas que sirvan de correa de transmisión del poder (gente humilde que no piense mucho), para generar más capital social a la autoridad local.

Pero este comportamiento de la autoridad local cuenta con el silencio, en muchas ocasiones cómplice, de los vecinos -cada vez más escasos- de la localidad. ¿Por qué se repite este apoyo social ante los frecuentes fracasos de las políticas de los alcaldes con los nuevos pobladores? Y aquí está la gran paradoja de todo esto que nos remite a esa narrativa de la despoblación como narrativa de poder: la despoblación es un discurso para legitimar peticiones de dinero (sea en forma de dinero real, de desgravación fiscal o nuevas instituciones que gestionar). Cuanta menos población haya más dinero per capita habrá, y si sigue la despoblación más legitimados están para pedir más dinero, lo cual a su vez redundará en una mayor cantidad per capita, en un círculo virtuoso o vicioso dependiendo desde donde se mire.

Aún recuerdo a un alcalde turolense de la derecha más extrema del Partido Popular preguntándome insistentemente por el tema de los refugiados. ¿Realmente le preocupaba la situación de estas personas? No, en su demanda implícita lo que quería saber es si había negocio detrás con alquiler de viviendas con la garantía de pago del Estado, y que pudiesen ser alquilados a un sobreprecio mayor que el que pudiera generar el equilibrio de precios del mercado. Alquiler con sobreprecio y garantía del estado: negocio redondo con información privilegiada.

Es por ello por lo que esta actitud de los alcaldes no cuenta con el rechazo de los habitantes de los pueblos, porque no se quiere que haya más población, se quiere que haya más dinero per capita con la excusa de la despoblación. Podríamos incluso hablar de complicidad.

Así que todas estas nuevas propuestas, esta nueva preocupación solo busca una cosa: más dinero. Estamos pues ante una nueva burbuja.

Autor: Miguel Montañés

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Análisis

Bienvenido Mr. Trump

Donald Trump es probablemente el presidente electo estadounidense sobre el que peor se ha hablado antes de jurar su cargo, siquiera Bush hijo con una elecciones siendo prudente dudosas, y en verdad casi fraudulentas, tuvo el nivel de rechazo que ha tenido Trump.

Donald Trump podrá ser muchas cosas, pero algo que no se le puede negar es su inteligencia política. Alguien con tan pocos apoyos dentro del partido republicano, casi un outsider, ganó la nominación frente a todos los candidatos del stablishment republicano. Recordemos que el que tenía el apoyo del partido y del stablishment del cinturón de la Biblia dentro del partido republicano fue Ted Cruz.

En las pasadas elecciones para mucha gente había una dicotomía entre Clinton y Trump. Entre “izquierda” y derecha. La realidad es que Clinton no es más que una capitalista social-liberal, lo que en USA se denomina un halcón. Además los abundantes fallos de Obama tanto en política interna como en la exterior, tampoco ayudaron a la candidata demócrata.

La mayoría de los votantes blancos trabajadores votaron por Trump, porque Clinton era la encarnación de todos los males de los blancos trabajadores del cinturón del óxido, ya que habían firmado los tratados de libre comercio que permiten que los trabajos se vayan a países como México o China, o les habían llevado a guerras en lugares remotos que no entendían.

Trump no creo que sea algo bueno para la clase trabajadora estadounidense ni para el mundo en general, pero Obama tampoco lo ha sido salvo por el Obamacare. Bajo su mandato ni se ha cerrado Guantánamo ni siquiera se han acabado las torturas. Además los asesinatos selectivos mediante drones manejados por jóvenes soldados como si fueran videojuegos han aumentado a niveles alarmantes. El uso de drones en Afganistán, Pakistán, Siria o Irak ha sesgado muchas vidas de inocentes ciudadanos que simplemente estaban en el lugar equivocado.

Hablan de Trump como clasista y racista, los mismos que apoyaron la esclavitud y se opusieron a la desegregación. Los progres siempre intentan que el debate esté en un pequeño círculo y quiénes se salgan de él, quedan fuera.

Keynes contra Hayek, Gore contra Bush, siempre el debate es entre dos caras de la misma moneda. Y siempre las cartas están marcadas para que ganen los de siempre y la clase trabajadora se lleve la peor parte.

Para finalizar, si quieren saber quién es Trump realmente lean “El show de Trump” de Mark Singer, donde se muestran todos los “trapos sucios” que algunos medios han sacado como novedad, aunque se conocieran muchos de ellos hace más de 20 años. Libro en el que se incluye un retrato de Donald Trump, mucho más real y ajustado a la realidad que la mayoría de los que se pueden leer ahora.

Yo de momento, dejo el beneficio de la duda porque a lo mejor nos sorprende Trump y es un buen negociador con Rusia y logra terminar entre ambos países con la guerra civil siria y derrotar al estado islámico. Además no hay que olvidar que si miramos fríamente los datos el presidente más odiado es el más “socialista” de los últimos 50 anos, Richard Nixon. Nunca antes ni después vivió mejor la clase trabajadora estadounidense que bajo la presidencia de Nixon.

Autor: Samuel Gimeno

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Análisis

Hola, soy el aragonesismo sociológico. ¿Dónde estáis vosotras?

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El paso de los años te ofrece ese poder encantador de la perspectiva. Echar un vistazo en el tiempo, recordar, comparar y reflexionar. Las cosas han evolucionado y el aragonesismo sociológico también. El tema tiene su interés, ya que parece que esta percepción en bruto de lo aragonés está en crisis: ser aragonés por encima de todas las identidades o concebir este territorio como nación, parece estar en retroceso. Sólo hace falta ver los debates que se producen en las redes sociales. Y no hablamos de lo electoral, hacemos referencia a la identidad, al sentimiento de comunidad. Si Aragón existe desde la Edad Media es consecuencia de muchos procesos, de cambio y permanencia, pero también porque hay una voluntad de ser, de organizarse como pueblo.

Hace 20 años las cosas eran bastante diferentes. Este año estuve en Artieda, como siempre, disfrutando con el Festival Esfendemos a Tierra, departía con un compañero de los que lleva un “porrón de años”, y sacábamos conclusiones parecidas: no nos va tan mal como movimiento identitario autónomo. En 1996, el organizar un festival de esas características hubiera sido una quimera, una locura. Y no eran malos años -que se lo digan a la vieja Chunta-; de hecho el lema Aragón ye nazión se cantaba con deleite y entusiasmo, porque estábamos de moda. O eso creíamos. El movimiento en defensa del aragonés estaba más cohesionado. E Ixo Rai! llenaba plazas y pabellones. Pero no teníamos un festival propio. Cuando eres joven, con veinte años, sueñas con disfrutar de un evento festivo-lúdico de socialización política, que amplifique discurso y atraiga a la gente de tu generación. Ahora lo tenemos, con continuidad y autogestionado. A veces, no valoramos este hecho. Y opino, que debemos cuidar y empoderar lo que se trabaja y se gestiona bien.

El soberanismo aragonés ha estado desarrollando una política de gueto -como espacio cerrado, aislado-, que genera comodidad ideológica y legitima su existencia, pero no podemos pensar que estará siempre, ya que se creó con mucho esfuerzo militante y a pesar de los obstáculos. En 2016 podemos afirmar que el movimiento independentista/soberanista se ha consolidado pero esto no parece suficiente en términos cualitativos y cuantitativos. Aparecen demasiados frentes abiertos, conflictos sin resolver y problemas históricos que ya padecía el aragonesismo de CHA a finales del siglo pasado. Y todo eso termina por perjudicar el trabajo diario, los retos de construir un Aragón alternativo en una sociedad acomplejada y colonizada.

Percibo cierta actitud banal dentro del soberanismo aragonés, asumimos lo que somos, sin tener que dar un millón de explicaciones. Hace veinte años, esto era al revés. El independentismo tenía que escuchar mil excusas para que fuera respetado -la historia agridulce de Chobenalla Aragonesista así lo demuestra (ver en http://arainfo.org/category/especial-independentismo-en-aragon/, 2012-. Actualmente, hay organizaciones y colectivos que son independentistas, ahora el problema se basa en concienciar a la gente que no lo es, o aglutinar espacios con compromisos más flexibles o con colectivos que entiendan una parte fundamental de tu marco identitario. Algo tan simple como defender un sujeto político y económico para Aragón.

La sociología del aragonesismo es compleja, plural y desestructurada. Los debates sobre las relaciones con Catalunya son el paradigma de esta situación, ya que generan agravio comparativo, vergüenza, hipocresía, envidia. No tenemos un relato alternativo de Aragón como sujeto histórico, político, cultural y económico, con lo que nos miramos en espejos deformados, ya que las condiciones objetivas de cada pueblo son singulares e inimitables. El nuevo aragonesismo debe romper con los viejos esquemas, los cuales ya no son funcionales, están muertos. Reproducimos esquemas caducos que ya no atraen: la idea de territorio de fronteras, las comarcas, el mito labordetiano o la gaita son ejemplos palpables. En enero de este año, en una entrevista a Juan Martín (CHA) le preguntaban por la crisis del aragonesismo político; su respuesta volvía a deslizarse por los tópicos de siempre: una carta de derechos de los aragoneses, la financiación, los servicios públicos. Un relato viejo, que no sirve, que no diferencia y sin frescura de ningún tipo.

La entropía es un principio físico que nos dice que una vez hecho un cambio, es exponencialmente difícil volver al punto anterior o a uno derivado del anterior pero a veces la realidad produce monstruos, y en el caso que nos ocupa podría ser aterrador el volver hacia atrás. La fluidez del aragonesismo no debe implicar repetir experiencias que fracasaron o frustrarse contra los fantasmas de siempre. La llamada “guerra de grafías” es un claro ejemplo de la destrucción del humus aragonesista. Necesitamos un movimiento popular cultural que recorra el país, recupere memoria y trabaje en red -algo que nunca se ha logrado conseguir-. Y por supuesto huir de los personalismos, de los viejos liderazgos, de los pequeños gabinetes de amigos-colegas, de las correas de uso político… son tantas cosas. Aragón espera.

Autor: Daniel Lerín – @DaniLerin

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Análisis

El chiste de l’aragonés

Bueno, pos sí, sona a chiste pero l’aragonés ha teniu que recurrir al que atras llenguas, en situacions similars, tamben han feit als zaguers tiempos, ye dir, una mediacion aloctona. Deixarem aladiaus els conseqüents cunyadismos que provocará als diferents médios que se’n fayan reson i parlarem, i esperarem, dels motivos i dels més que deseyaus resultaus.

Esto ye que van un suíço, un francés i un asturiano… No habllaré de l’uso dels gentilícios, pero pareix que hayan sacau unos i posau atros en funcion del publlico general, bueno, rai! A estas altárias ya no se me da cosa el nombre del recau si ye ben feito i mo’l podem comer calent. Sona a chiste, sí, i uns quantos aduciran que si no tenim gent aiquí pa fer ista fayena, que si no mos posam d’acuerdo… que, curiosament, per un regular gosa d’estar la misma gent que fa servir normativizacion i normalizacion indistintament. Pos sí, i tamben m’agradaria recordar-tos que si no per Jean-Josep Saroïhandy, entre muchos, i ya tos digo que el suyo nombre no fa cara d’estar de Jaulín, igual no seria yo aiquí escribint estas llínias i, encara menos tendria llectors iste texto, i que, ben seguro, no tendriam el probllema que tenim de trobar una solucion ortografica pal nuestro romance milenário. (Cómo si ixe fuese el mayor dels nuestros probllemas!)

La Direccion General de Politica Lingüistica s’ajugau, a este tema, i tenint els trunfos a la mano, una jugada que deberia marcar el devenir de l’aragonés els tiempos futuros, pos mos podeva haver deixau escuchifllaus en encomençar la partida. Ha decidiu fer de la concórdia i el respeto pels de demés una bandera. Tenim un grave probllema en el que toca al chovinismo lingüistico en funcion de la nuestra secta i la creacion de prejuícios como si aiquí toz fuesem descendients directos de Jafet i el tema de Babel el tenisem superau, pal nuestro costau, ye cllaro!. La tria d’els especialistas, i ya si m’apuras simpllement el fecho de proposar-la i fer-la posiblle, ha siu un paso ben important pal princípio del fin d’ista situacion a la que mos hi trobam enfaixanaus. Las llenguas no son como las personas, que ny’hai de buenas, de malas, de gatetamuertas i de gatamuixadas, las llenguas son iguals, pero tienen un defecto, que cal tenir personas pa poder dir que son vivas (mira-te tu que embéfia, eh!) i, al nuestro caso ye una necesidat de primer orden posar-se d’acuerdo en como mos cal escribir pa poder continar faltant-nos i morgoniar de’l que fa otri, perque al paso que vam mos ratonaran la brinquerrina queso que mo’n queda. La tria, con els suyos més i menos, ha siu consensuada, i estoi que els tres tendran patilla pa trillar la pallada i balear en acabar.

Se m’entrefá que no toz seran ben mandaus, ya to’l deixo advertiu, i uns quantos no se feran brenca caso dels romanistas que miraran d’apanyar la nuestra situacion i el refusaran, segurament per menudalls. Tendrem alavez que deixar de poquetiar i mirar ta devant. Igual el vestiu que le cllavan a la nuestra llengua ye masa raixoso pal nuestro gusto, u mos pretará una mica de pancha, pero mira-te que ixo igual deveria fer-nos pensar que sem panchudos per naturaleça, u per gusto, i que gosam posar-mos, nusatros mismos, asaber de faramalla devant pa no tenir que fer caso a las nuestras própias sinconexions. Igual ye que no querivam asumir que, chica-chaca i de contino, mos posavam una talla menos de la que mos cal i se mos jodevan i mos se fevan befa, mentres que nusatros ni tan siquiera tenivam idea ni vision sincera de la realidat, igual ya només que pa mirar d’apanyar la ortografia, mos caleva una vision aloctona, pos qué no será pa la llengua que querim entresacar!

Autor:  Juan Carllos Bueno Chueca

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Análisis

Carta de un aragonés a una compañera “aranesa”

He de decir que me es ingrato escribir esta carta, y más a una compañera aranesa con la cual el pueblo aragonés comparte la doble colonización: colonización interior por el estado español y colonización cultural por Cataluña.

La colonización española en forma de colonialismo interior en Aragón nadie la puede negar y sus efectos tampoco. El estado español ha despojado a Aragón de sus lenguas y su cultura propias, ha sometido a Aragón a los caprichos de Madrid, siempre de la mano de una burguesía aragonesa, a la cual era bien pagados sus servicios.

La colonización cultural catalana comenzó a principios del siglo XIX, con la apropiación de Jaime I, como figura fundadora de Cataluña y la nación catalana. Cada vez que oigo a un catalán decir eso, recuerdo la parte del Llibre dels fets donde Jaime I razona la necesidad de la conquista de Valencia para salvar España.

Continuó con los expolios de bienes sacros por parte del obispado catalán en las comarcas aragonesas bajo el arzobispado de Lleida, al igual que hizo en Andorra, a principios del siglo XX. Este expolio continuó con el beneplácito de Franco, que permitió se quedasen los restos de Sijena en el actual MNAC.

Aragón ha reclamado la devolución o la recompra de los bienes expatriados, tanto los que están en Madrid, como los que están en Barcelona o los que están en Estados Unidos. Bien es cierto que debido a la obediencia española de los gobiernos aragoneses, los de Madrid siempre se ha hecho con la boca pequeña, cuando se ha hecho. Aunque se ha conseguido que los artesonados de la Aljafería vuelvan a su lugar de origen.

Sólo una mente colonizada, puede decirle a un pueblo oprimido como es el aragonés, que no se le devuelven los bienes propios porque “devolverlos es someterse al opresor”, cuando si esos bienes están allí es por una situación de opresión por el opresor contra el que se dice luchar.

Oprimir a un oprimido es propio de opresores, por mucho que se vistan de liberadores de sus pueblos. Al igual que los turcos se liberaron, oprimiendo a los kurdos, a algunos catalanes les parece bien liberarse, oprimiendo y expoliando a Aragón.

Los opresores españoles están encantados de que los catalanes desobedezcan. Eso les permitirá alentar el anticatalanismo en Aragón y seguir oprimiendo desde Madrid al pueblo aragonés, mientras le echan la culpa a Cataluña de todos los males de Aragón, aunque estos sean ficticios.

Como siempre los aragoneses seremos espectadores sin voz ni voto. Por mucho que la razón y los juicios nos den la razón, ya lo dice la maldición gitana, “tengas juicios y que los ganes”.

Por no conocer, no sabes siquiera que Sijena, ni es Franja ni Ponent, sino que es Monegros. Así que reivindicar la soberanía catalana en un lugar que ni el propio IEC lo reconoce como parte de los Països Catalans, es de ser un imperialista y tener una mente colonizada, atributos que uno esperaría encontrar en CDC o incluso en ERC, pero desde luego no en la CUP.

Tanto los aragoneses como los asturianos estamos habituados a ser ninguneados por Galeusca (Galizia, Euskadi y Cataluña), y a ser los oprimidos de los oprimidos, y no sólo aguantamos burlas de los españolistas cuando decimos sentirnos sólo aragoneses y nada más, sino también de otras naciones sin estado, aunque en algunas de ellas como Galizia el sentimiento propio según el CIS sea casi el mismo que en Aragón.

Compañera Mireia, articulos como el tuyo no favorecen a la disminución de la opresión del pueblo aragonés ni del pueblo occitano, ni a la liberación de nuestros respectivos pueblos de los yugos que los oprimen. Así que te pediría que antes de escribir un artículo contra el pueblo aragonés y su soberanía, al menos te informases un poco.

No saber ni a que comarca de Aragón pertenece Sijena y su monasterio es el menor de los errores que cometes. Pero a los aragoneses, ya nos nos pilla desprevenidos la apropiación cultural de la historia aragonesa y la invención de “Corona de Cataluña y Aragón”, como escribes en tu artículo y te enmiendas a ti misma en twitter cuando te lo reprochan, o Corona catalano-aragonesa. Por cierto tus dudas sobre la reivindicacion de piezas de Sijena, te las resuelve Inde Marisancho en un artículo suyo mejor de lo que pueda hacerlo yo.

Si quieres información sobre Aragón de primera mano, compañera Mireia no tienes más que pedirla, leyendo fuentes interesadas y coloniales como Heraldo de Aragón o La Vanguardia Española. No se hace más que “amar a los opresores y odiar a los oprimidos”. Un consejo: “descoloniza tu mente”.

Autor:
Samuel Gimeno